La Tormenta del desierto
Uno siempre tiene en mente los bonitos recuerdos de la niñez, hasta los sabores se recuerdan y eso me pasó a mí. Cuando era pequeña mi padre me llevaba a comer unos tacos de carne asada deliciosos y pasó mucho tiempo para que volviera a ir. Mi sorpresa fue que el sabor estaba intacto tanto en mi cabeza como en la realidad, los tacos “La tormenta del desierto”, siguen siendo los más buenos que he probado en mi vida.
Yo recomiendo siempre los campechanos, es decir, tripa y asada pues la hacen a la perfección, lo que destaca aquí es que en cuanto llegas te ponen un aguacate entero cortado en su punto para que acompañes tu comida, así como un platito con frijoles recién hechos. El lugar es chico, un poco escondido y no tan ostentoso, todo lo precario que puede tener la fachada queda de lado con lo delicioso de la comida.
La calidad destaca al máximo pues empezaron su negocio a finales de los sesenta cuando el padre de ellos quiso abrir un negocio propio. Si quieres comer algo delicioso por la mañana, La Tormenta del desierto es la opción perfecta. Todo está hecho al momento y siempre tienen su deliciosa agua de limón para acompañar tus bocados así como sodas.